(No debemos detenernos en cuestiones frívolas,
olvidando el asunto principal.)
Por entre unas matas,
seguido de perros
(no diré corría),
volaba un Conejo
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: “Tente, amigo:
¿Qué es esto?
- ¿Qué ha de ser? responde:
sin aliento llego ...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.
- Sí (replica el otro),
por allí los veo...
Pero no son galgo.
-¿Pues qué son? – Podencos.
-¿Qué? ¿podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos,
bien vistos los tengo.
-Son podencos: vaya,
que no entiendes de eso.
-Son galgos te digo.
-Digo que podencos.
En esta disputa,
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévese este ejemplo.
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