La poesía hemos de leerla con los ojos del corazón, dejando que destile ella misma los sentimientos que llevamos dentro y no nos atrevemos a exteriorizar.
Leer poesía es conmoverse, es hacer crecer en cada uno un mundo de imágenes sensoriales nuevas cada vez. Es dejarse llevar por un mundo mágico en el que nos acabamos descubriendo a nosotros mismos en medio de una realidad diferente a la que estamos acostumbrados a ver. De pronto notamos un algo que ni siquiera sospechábamos poder llevar dentro.
No leas con prisas, lee despacio. Párate a cada momento. Piensa. Busca. Continúa. Ponle a cada palabra, a cada idea, a cada frase, a cada verso una imagen tuya, real o inventada. Haz realidad cada palabra.
Siente el momento, el lugar, la compañía. Descubrirás que así ese poema es único en este momento.
Leer poesía es conmoverse, es hacer crecer en cada uno un mundo de imágenes sensoriales nuevas cada vez. Es dejarse llevar por un mundo mágico en el que nos acabamos descubriendo a nosotros mismos en medio de una realidad diferente a la que estamos acostumbrados a ver. De pronto notamos un algo que ni siquiera sospechábamos poder llevar dentro.
No leas con prisas, lee despacio. Párate a cada momento. Piensa. Busca. Continúa. Ponle a cada palabra, a cada idea, a cada frase, a cada verso una imagen tuya, real o inventada. Haz realidad cada palabra.
Siente el momento, el lugar, la compañía. Descubrirás que así ese poema es único en este momento.