Saeta que voladoracruza, arrojada al azar,sin adivinarse dóndetemblando se clavará;
hoja que del árbol secaarrebata el vendaval,sin que nadie acierte el surcodonde a caer volverá;
gigante ola que el vientoriza y empuja en el mar,y rueda y pasa, y no sabequé playas buscando va;
luz que en cercos temblorososbrilla, próxima a expirar,ignorándose cuál de ellosel último brillará;
eso soy yo, que al acasocruzo el mundo, sin pensarde dónde vengo ni adóndemis pasos me llevarán.
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