Jorge Manrique (Paredes de Nava, Palencia, 1440-Castillo de Garci Muñoz, Cuenca, 1479)[esp], Coplas que fizo don Jorge Manrique a la muerte del maestre de Santiago don Rodrigo Manrique, su padre_ (1482) (Coplas a la muerte de su padre) (fragmento)
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
como en un punto se ha ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
porque todo ha de pasar
de tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir;
allí van .los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los ríos medianos
y más chicos,
cuando llegan, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Este mundo es el camino
para el otro que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos,
las perdemos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
acaecen;
deellas, por su casualidad,
en los más altos estados
desfallecen.
Decidme: la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿en qué se para?
La mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega el arrabal
de senectud.
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